domingo, 13 de enero de 2013

Ceferino Oliver-Capítulo I (Casa Alta 2003)



 

Ceferino Oliver se dio a conocer una tarde del mes de octubre, en plena deshojación de los castaños del Parque de María de las Mercedes, o parque de los perros, tal como era llamado por la gente del pueblo por estar siempre lleno de perros desperezándose, rascándose, perros meones olfateando cada uno de sus rincones, marcando sin cesar sus posesiones.

Esa tarde, Ceferino Oliver, editor, redactor, reportero e impresor de su minúscula e impenetrable empresa, editora de los panfletos causa de su imparable capacidad para crear “slogans” marca de la casa, estaba marcándose su ronda diaria en busca de nuevas aportaciones para la humanidad -tal como él las llamaba-, cuando, sin saber cómo ni porqué, se adentró por un oscuro y largo callejón. Siempre metido en sus cavilaciones no recayó en que nunca había visto esa callejuela, y siguió marchando sin dejar de rumiar.

Pronto, una leve brisa seca y helada recubrió su rostro despertándolo de su apaciguado letargo mental, y fue entonces cuando se percató de que no sabía dónde estaba. En un instante su mente repasó todo lo que pudo recordar, intentando descubrir porqué se encontraba ahí. Pero ninguna de sus explicaciones logró darle la respuesta.

Volvió a mirar a un lado y a otro. Ambos desaparecían tras el oscuro callejón, dándole una sensación de estar como flotando en el vacío. (continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario