viernes, 20 de julio de 2018

Text 26


Quizá no surgió la oportunidad.
Sólo había cuatro cuadrantes, pero se olvidó de inmediato de la tierra, y se le escapó el mundo. No había desayunado, puede que aún durmiera. Entonces apareció un soldado, como fuese que intentaba animarlo, pero jamás había habido una cara de tan pocos amigos. Sus palabras sonaban con mofa y sorna, por eso le apartó el micrófono y se vistió de romano. ¡Eso no se podía tolerar! Le debía respetar y obedecer, o le aplastaría el perfil.
Mantenía la moral alta para olvidar su vida, pero la discusión no se hizo tan larga como su vasto imperio, pues se calló, y al mismo tiempo acabó su almuerzo masticando una y otra vez.
A día de hoy le parecería un complot en toda su forma al recordar su destino.