jueves, 27 de junio de 2024

Quaderns de Bitàcola nº 202 – MOONCHILD, Apolo, Barcelona, 29.11.06


El concert de MOONCHILD va ser una bestiada! John ZORN dirigia una banda formada per MIKE PATTON, TREVOR DUNN i JOEY BARON, un projecte molt experimental i avantguardista amb improvisació lliure, dirigida per ZORN, on mesclaven de tot, rock, jazz, hardcore, però sobretot predominava el noise. El PATTON es va dedicar a xisclar i a fer sons guturals sobre aquelles bases tan inquietants. Veig que també en vaig fer la crònica per a REUX Magazine.

Gran noche la del mièrcoles 29. La sala Apolo de Barcelona presentó uno de los mejores conciertos de este ya casi finalizado año. Se trata de un nuevo proyecto del polifacético JOHN ZORN, músico entre los músicos, director de los más grandes experimentos, a todos los niveles y en todos los estilos. Sólo hay que dar un pequeño vistazo a su carrera para comprobar que Mr. ZORN puede jugar con todo, desde lo más freejazz vanguardista con ELECTRIC MASADA  o algunos de sus Filmworks, hasta lo más rockero y brutal con NAKED CITY o PAINKILLER, pasando incluso por la música étnica con MASADA, donde repasa a su manera música kezmer fusionándola  con jazz, o por los infinitos directos de LA ORQUESTA DEL CAOS, donde reúne músicos en cada ciudad que visita para dirigirlos en un concierto único e irrepetible. Lo cierto és que ZORN es uno de los grandes investigadores de la música contemporánea, y de nuevo hemos tenido el placer de escucharlo. MOONCHILD es el nombre que da título a este nuevo proyecto, una nueva versión de su siempre interesante labor, en este caso totalmente harcore, a manos de gente tan querida y también tan experimental como MIKE PATTON, voz, (FAITH NO MORE, FANTÔMAS, MR. BUNGLE, TOMAHAWK…), TREVOR DUNN, bajo, (FANTÔMAS, MELVINS…) y JOEY BARON, bateria, (NAKED CITY, MASADA, y músico acompañante de gente con estilos tan variados como Chet Baker, Dizzy Gillespie, Laurie Anderson, David Bowie, Ellery Eskelin o John Medeski, entre otros.), y donde ZORN se limita a dirigir su proyecto desde la mesa de mezclas, dando a cada músico un guión a seguir bajo su interpretación improvisada. El concierto de Barcelona fue algo mágico. La sala Apolo estaba abarrotada de gente deseosa de escuchar algo nuevo y diferente por parte de estos cuatro grandes músicos.  En el escenario una gran bateria dominaba la acción, y tres atriles (uno para cada músico) flanqueaban su posición. Pasaban los minutos y el público se impacientaba, empezando a silbar y gritar. Al fin, un cuarto de hora más tarde, salieron los tres músicos, BARON, DUNN y el tan esperado PATTON, que se llevó la más grande ovación, al tiempo que presentaba la banda. Sin más dilación, estos supergenios empezaron a descargar los ritmos más brutales al tiempo que PATTON se retorcía por el escenario cual poseso. Ritmos incontrolados de bajo y batería, combinando compases imposibles de descifrar con los más desgarradores sonidos de voz que MIKE podía interpretar. Composiciones harcorianas con ritmos y riffs salvajes y esquizofrénicos se mezclaban con momentos ambientales, donde el volumen quedaba a casi cero y provocaba el silencio en toda la sala. Momentos de éxtasis que se convertían en puro speed cuando retomaban de nuevo la parte más harcore del tema.  Y así hasta once fabulosos temazos. Todos notábamos estar presentes en algo más que un concierto de rock. La pura improvisación, sólo regida por las pautas de JOHN ZORN, nos llevaba a un mundo underground, en toda regla. Aquí no hay normas, ni tiempos, ni compases a seguir… cada uno camina entre la intuición y la batuta de ZORN, y el milagro se crea.  Imposible de descifrar, hay que verlo para creerlo. Porqué tampoco escuchando el disco se puede percibir la magia del directo. Lo que nos ofrecieron fue música en expresión pura, desde el primer momento hasta el final. Sin concesiones. Una experiencia tremenda que culminó con la aparición de JOHN ZORN al finalizar el concierto para saludar. La ovación fue tan tremenda que no tuvieron más remedio que regalarnos un bis, y ahora sí, con ZORN dirigiendo el cotarro cual frenetic man y obsequiándonos con la versión más apoteósica de toda la noche. Brutal. Sin palabras. Y a pesar de los grandes chirridos que descargó el público para una nueva aparición, sólo conseguimos que salieran a saludar una vez más, momento que ZORN aprovechó para volver a presentar a la banda y abrazarse efusivamente a PATTON. Sé que la gente quería más, que muchos se quedaron con ganas, sobre todo porque el final con ZORN fue apoteósico, y porque lo habíamos estado esperando durante toda la actuación. Pero lo cierto es que esa gente acababa de darlo todo, incluso el alma… era imposible que pudiesen continuar con ese ritmo. Yo por mi parte tengo muy claro que “lo bueno, si breve…”, así que me marché hipersatisfecha con lo que había recibido, y también muy agradecida a los músicos que miran más allá. 

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